Tres robos y destrozos en un lapso de 20 días, es un revés material y anímico profundo para cualquiera. Sin embargo, para la vecinal de barrio Schneider, que desde hace 40 años trabaja para que los vecinos de la zona puedan tener un lugar donde realizar actividades recreativas, artísticas y deportivas de manera casi gratuita, el peso de la inseguridad se ha tornado insoportable.
El último de los episodios ocurrió
ayer a la madrugada. Varios delincuentes ingresaron por uno de los ventanales
del gimnasio y luego, forzando cuatro puertas, llegaron hasta la oficina de la
Comisión Directiva. “Es claro que buscaban dinero, por más que ya saben que no
guardamos nada acá. Como no encontraron plata en efectivo se llevaron equipos
de música y una cortadora de césped. Esas pérdidas económicas para nosotros son
importantes, porque son equipos que sobre todo los chicos usan para hacer
gimnasia y en las distintas clases y talleres que se dictan acá. Pero lo más
grave son los destrozos.
Hoy tenemos cuatro puertas rotas y
la sede de la vecinal está totalmente desprotegida. No sabemos cómo vamos a
pasar la noche”, contó ayer Oscar Vallejos, presidente de la institución.
Los otros dos robos ocurrieron el
15 y el 25 de febrero. “Habían entrado por otra ventana, a la que pudimos
ponerle rejas. Pero ahora encontraron otro lugar por donde ingresar. Tenemos
todos los ventiladores con los cables cortados, porque se ve que querían
llevárselos y no pudieron. También falta toda la vajilla y todavía no
terminamos de hacer el inventario. Pero estamos muy desgastados”, agregó.
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