El cruento episodio rápidamente ganó espacio en las redes sociales y en los medios de comunicación, donde las expresiones de repudio se sumaron con fuerza.
Estamos convencidos de que los animales tienen derechos aunque no puedan exigirlos, y el primero de ellos es el derecho a la vida.
Es justo que los trabajadores realicen los reclamos necesarios, pero deben hacerlo en un marco de convivencia social donde nadie se vea afectado o perjudicado.
Nuestra institución lucha contra la pirotecnia desde siempre, en la certeza del daño que causa en los humanos y los animales.
Por ello, solicitamos a este gremio que expresamente incluya en su normativa institucional, la prohibición del uso de pirotecnia como forma de manifestación o reclamo.
Y al Concejo Municipal de la ciudad de Santa Fe le reiteramos el pedido de regular mediante la sanción de una Ordenanza, el uso, comercialización y traslado de pirotecnia en el territorio de la ciudad, prohibiéndolo ó, al menos, limitándolo a casos muy específicos y controlables.
Los santafesinos estamos de luto. No solamente murió un perro, que para algunos puede resultar intrascendente, sino que se ha vulnerado la convivencia ciudadana. Una vez más prevalece el interés individual sobre la tranquilidad del conjunto.
Lucharemos para que no se repita”, culminó diciendo el comunicado que lleva la firma de José Bastías, presidente de la entidad.
Un mal recuerdo
El 1º de septiembre de 2010 otra perra comunitaria quedaba gravemente herida por una bomba de estruendo lanzada durante una protesta de bolicheros. Tras agonizar 14 días “Estanciera” (así la llamaban), murió.
Estanciera era una perra adulta, tenía 8 años, y era alimentada y cuidada por los vecinos de la zona céntrica.
Aquella mañana, durante la protesta, el animal mordió una bomba de estruendo que le provocó gravísimas lesiones en toda su cabeza y que, a la postre, derivaron en su deceso.
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